Se trata del jardín Zen, y como no se puede hablar de él sin describir la filosofía Zen, comenzaremos por describirla:
La filosofía Zen tiene como objetivo la expansión de nuestra conciencia.
El ser humano físicamente camina en el elemento del tiempo; pero en ocasiones es como si atravesara un espeso lodo, que le hace arrastrar sus pies y caminar con una cierta dificultad. El Zen nos enseña que debemos de comprometernos y reconocer los pasos que nos llevan a progresar hacia un entendimiento que nos acerca a la -como siempre se ha dicho- tan distante iluminación.
En las culturas orientales meditar supone lograr la captación directa de la realidad, pero sin que el pensamiento actúe como intermediario. El lenguaje y el pensamiento alteran la realidad, provocando modificaciones en ésta. Son mecanismos que hemos creado para entender lo que nos rodea. El objetivo del Zen a través de los jardines es precisamente mostrar que la realidad no debe ser entendida desde el pensamiento sino desde lo que se llama la "intuición pura".
Los jardines Zen nos animan a meditar, a crear, o simplemente a jugar. Para disfrutar de una agradable sensación de paz y bienestar, tienes que respirar profunda y lentamente mientras se rastrilla la arena dibujando finas líneas, círculos o figuras simétricas. El jardín puede convertirse en un espacio de cambio permanente donde se pueden añadir o retirar elementos, recolocar las piedras, alisar determinadas zonas o trazar nuevos surcos, dejando que nuestro espíritu se exprese libremente.
Ahora explicaré el significado de jardín Zen, sus características y sus relaciones con la filosofía Zen.
Ahora explicaré el significado de jardín Zen, sus características y sus relaciones con la filosofía Zen.
Otra característica del significado de los jardines zen es que hay cierta calma que se siente cuando uno contempla un Jardín Zen bien distribuido. Resulta difícil definir algún elemento en particular como la fuente de esta influencia pacífica, yo sugeriría que es la apariencia sólida y anclada que proveen las piedras lo que en su mayor parte produce dicha paz.
Contemplar un Jardín Zen es como sumergirse en un sueño, un fluir constante de sensaciones, texturas y colores.
Los primeros indicios de Jardines Japoneses surgieron en el período Nara (710-794 d.C.) dentro del Palacio Imperial. El nacimiento del "Jardín Zen" está basado en la necesidad de crear un espacio que fuese utilizado como una ayuda para la meditación. Durante este período, las parcelas de tierra fueron pequeñas y sus estanques diseñados a una escala menor. Es por ello, que para inducir la sensación de grandes ambientes en espacios pequeños se requirió representar el paisaje natural mediante la combinación monocromática de todos sus elementos. Así nació el jardín Zen tipo "escenario," el cual fue más sofisticado, con la incorporación de intrincadas líneas costeras en las orillas de sus estanques y mediante el uso de rocas en varias formas.
Y para haceros a vosotros también partícipes de lo que se siente al contemplar un jardín Zen, os dejo una preciosa foto. Claro, no es lo mismo que estar allí presente, pero os podréis hacer una idea de la paz que se respira al contemplar una de estas maravillas del mundo.
Fuente de la información: http://jardineszen.com
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